Así trabaja... el equipo de vídeo de O Marisquiño
Una de las joyas de cada edición de O Marisquiño es el vídeo oficial, cuyo objetivo no es otro que guardar a buen recaudo un pedacito que muestre la esencia del festival año tras año, mostrarlo al mundo y dibujarnos una sonrisa a cada visualización.
Con esta responsabilidad y la de generar vídeos de los momentos más destacados de O Marisquiño está el equipo de Quadra Producións, con el vigués Cuco Pino a la cabeza. Con él y con Vane -la productora del equipo- inauguramos una serie de artículos para que conozcáis mejor al Staff que trabaja en el evento.
¿Quiénes forman el equipo audiovisual y cómo os organizáis?
CP: La cifra varía según las necesidades de cada edición y el volumen de trabajo, pero solemos ser entre 8 y 15 personas que en 2019 nos repartimos de la siguiente manera: Quadra Producións (producción), Vane Coronil (producción), Cuco Pino (coordinación), Victor Rodríguez (DOP), Manu Viqueira (dirección video oficial), Santi Raimundi (Color Grading), Pio Cribeiro (op. Cámara), Pedro Pisos (op. Cámara), Miguel Barreiro (op. Cámara), Pablo Chouza (op. Cámara), Arián Quinteiro (op. Cámara), Aléx Timelapse (op. Cámara), Gochiestrella (op. Cámara), Deidre Candle y Semi Soto.
La organización del equipo parte de las virtudes de cada uno de nosotros, de intentar amoldar lo que mejor sabemos hacer a cada parte del festival. Son muchas horas rodadas de material y la gestión y el flujo de esa información es muy importante. Desde no rodar por rodar, a que cada uno sepa lo que tiene en cada tarjeta y pueda trasmitirlo a producción y que ese material llegue a edición ordenado y etiquetado. La mejor manera de improvisar, porque a menudo toca hacerlo, es tenerlo todo ordenado y organizado.
Con tantas disciplinas simultáneas y 3 días de festival, ¿nos podrías dar algunos datos que muestren la magnitud de O Marisquiño y de vuestro trabajo?
Los meses previos son muy llevaderos. La primera reunión con Joako, 'el Capo', suele ser en diciembre. Pero luego, los 3 días del festival y los que los 'rodean' son otra historia.
El equipo al completo trabaja las 3 jornadas de competición de las 8 de la mañana a las 2-3 de la madrugada, intentado repartir las franjas horarias y las disciplinas
Dentro de esos días, el equipo al completo trabaja las 3 jornadas de competición de las 8 de la mañana a las 2-3 de la madrugada, intentado repartir las franjas horarias y las disciplinas para que cada uno tenga una visión completa de lo que supone el festival.
Eso, traducido en datos, pueden ser 10-12 horas diarias de trabajo por persona, quizá 2 o 3 Tb de material, 15km al día, 2 litros de agua/cerveza por persona, 3000Kcal consumidas, entre 60 y 160 pulsaciones por minuto... ¡qué va! Es broma, no medimos esas cosas.
¿Cuál es la parte más complicada de vuestro trabajo en OM?
VC: La sincronización del equipo y que el trabajo durante el evento sea lo más divertido y llevadero posible. El buen entendimiento entre todos es muy importante para que el resultado sea excepcional.
Cuando llegas al domingo por la noche y te das cuenta de que todo ha salido bien, ese momento es inmejorable
¿Y cuál es la más gratificante?
VC: Cuando llegas al domingo por la noche y te das cuenta de que todo ha salido bien. Ese momento es inmejorable; las risas, estar satisfechos del trabajo bien hecho y sobre todo el buen rollo que tenemos en el equipo audiovisual.
Tras 10 ediciones currando en agosto en Vigo, ¿con qué recuerdo te quedas?
CP: Pues por ejemplo con las cenas con el equipo cuando termina cada jornada. Es una mezcla de cansancio, un poco de adrenalina y anécdotas varias. Durante 10-12 horas de curro pasan muchas cosas. Es el momento más distendido y en el que nos podemos juntar casi todos y rajar un poco.
En mi época de cámara, también era gratificante cuando llegabas con un planazo y lo enseñabas. Entre nosotros siempre hay esa competi sana de intentar buscar el mejor ángulo. Aunque al final aprendes un montón de tus compañeros y quizá eso sea con lo que me quedo. No es fácil juntar a tanta gente creativa a tu lado...
¿Qué recuerdo tienes de tu primera edición?
CP: Me sentía un privilegiado de participar en algo que parecía rebeldía pura y formabas parte de ella. Estaba recién salido de la Escuela de Imagen, me llamaron para ir de cámara a disparar planazos a gente que hacía cosas súper estéticas, a trabajar en lo que me gusta, en mi ciudad, ¡y cobrando! ¿Qué más podía pedir?
El buen rollo y la implicación de la gente es de las cosas que no han cambiado respecto a esa primera edición
En los primeros años no había esa sensación de estar hecho para todo el mundo, era todo muy cercano y más pequeño. Quizá al hacerse tan grande pierdes un poco la relación con algunos trabajadores, pero aún hay esas miradas cómplices de “¡Dios! Llevamos 10 años encontrándonos y aún no nos hemos tomado una cerveza”.
El buen rollo y la implicación de la gente es de las cosas que no han cambiado respecto a esa primera edición. Da igual que seas de finanzas, de producción, de pista, de merchan o de foto, se ha conformado un equipo que funciona y que puede reunirse al acabar el evento y cenar todos juntos.
Vamos acabando, con alguna anécdota que os haya ocurrido trabajando en O Marisquiño:
CP: Los incendios del 2006. Lo tiñeron todo de naranja y de ceniza. Era como un Lut natural para las cámaras. Se puede ver en los vídeos de ese año. Desgraciadamente Samil fue California más que nunca. Era triste notar que muy cerca estaba todo ardiendo y oler el fuego (las imágenes quedaron increíbles).
¿Algún mensaje para la edición 2021?
CP: Amor y Paz. No, qué va, ¡guerra y odio! Al no celebrarse en este 2020, tengo mono de Marisco y unas ganas locas de que llegue la próxima edición y de reuniones, ideas, retos, equipos, gente. Creo que, si no eres alérgico, el Marisco sienta de puta madre. ¡Marisco para todxs!